¿Qué son los Mandalas?
viernes, enero 31, 2014
El vocablo
Mandala proviene del Sánscrito, que es la lengua tradicional y sagrada de
India, y significa cerco, superficie
consagrada o sencillamente “redondo”. Es un esquema reducido y esencial del
mundo; preserva de la invasión de fuerzas disgregadoras de la conciencia, que
actualmente podríamos denominar situaciones estresantes. Delinea la superficie
consagrada y la preserva de la invasión de las fuerzas disgregadoras de un
espacio sagrado. Estas fuerzas, por ejemplo, son simbolizadas por el budismo del
Tíbet como ciclos demoníacos. De hecho en muchos de los mandalas ponen varias
“protecciones”, círculos protectores, para evitar que los “demonios” ingresen a ese espacio.
En este sentido el mandala sirve para volver la conciencia a la unidad.
Es un tipo de esquema que puede observarse en distintas culturas y diferentes
momentos de la historia.
En general es un diseño circular, que puede verse como un esquema
reducido y esencial del mundo, que preserva de la invasión de fuerzas
disgregadoras de la conciencia. O sea, los tibetanos las llamaban demonios,
nosotros las llamamos situaciones estresantes.
Los mandalas están formados por figuras incluidas dentro de un círculo, aunque
también lo puede contener otras formas básicas (cuadrado, triángulo, etc.). Son
diagramas místicos, o también decorativos, en los que dichas formas interactúan
de manera dinámica formando hermosos patrones.
El psiquiatra suizo Carl Gustav Jung agregaba que además de tratarse del esquema del mundo también podía interpretarse como el esquema de nuestra psiquis.
El psiquiatra suizo Carl Gustav Jung agregaba que además de tratarse del esquema del mundo también podía interpretarse como el esquema de nuestra psiquis.
Como símbolo es
antiquísimo, se han encontrado ejemplos desde la prehistoria, aparece en todo
el mundo y en muchos casos expresa a la deidad o al Yo. Habría que destacar que
estos dos términos están psicológicamente muy relacionados entre sí.
Además de ser diseños muy bellos, tienen la particularidad de ser
armónicos y dar estar completos en sí mismos. Nos remiten por su circularidad a una simbología de origen, protección e
integridad. La imagen hace que nuestro propio interior se vaya ordenando, el
centro hace que pongamos atención a nuestro propio centro. Las ideas a las que remite el mandala son de totalidad, orden
equilibrio, ritmo y compensación de opuestos.
Cuando comencé
a dibujar mandalas imaginé que éstos formarían parte de un corto período de mi
desarrollo artístico. Así como muchos pintores pasan por su “período cubista” o
“período expresionista”, pensé que los mandalas estarían en mis trabajos sólo
por unos meses y a lo sumo por un par de años. Ya me voy acercando a las dos
décadas de hacerlos y cada vez encuentro una nueva veta, un nuevo modo de
realizarlos que vuelve a enamorarme de ellos y continuar produciéndolos.
Los mandalas nos ayudan a conocernos más, a observarnos ante las dificultades y los fracasos, ante la apertura para cambiar los planes, intentar flexibilidad de pensamiento y acción. La actividad actúa sobre nuestra conciencia que realiza algo hermoso, y sobre nuestro inconsciente que proyecta sus contenidos en la medida en que trabajamos, en las formas que seleccionamos o en los colores que utilizamos. También es beneficioso este trabajo para desarrollar o fortalecer cualidades como la disciplina, concentración, orden y paciencia.
No son una panacea para todos los males, pero son herramientas poderosas a la hora de lograr equilibrio y sanación.
0 comentarios